25.9.11

Repasos


No sé si ha llegado el momento de recapitulaciones y balanzas finales, más que nada porque aún no hay final a la vista, pero igual voy a hacer un (no tan) breve repaso de mitad de camino, también para llevar una lista de los caracteres exagerados vs. suavizados, para asombro más del propio que de los extraños. Después del primer gran cambio, el de hemisferio, han venido otros muchos:

He cambiado mis hábitos alimenticios, a veces por obligación, siempre con gusto. Aunque siempre evitando los gusanos secos y los escorpiones fritos, y no por falta de oportunidades, si no por exceso de lengua.

He amado la playa y cuando estoy en ella me siento un poco más libre que cuando no. Creo que el horizonte lineal me permite pensar más felizmente que el multi-iluminado.

He ganado el hábito de leer, aunque según qué semanas se me olvida.

Me he cambiado el peinado. A veces por necesidad, a veces por obligación, casi nunca con interés. Sigue siendo un tema controvertido, cuanto mínimo, y no hay reunión familiar en la que se consiga obviar el temita. El 'temita' ha hecho acto de presencia incluso en la sala de espera de la planta de partos.

Se me ha preguntado por mi futuro más que cuando eres pequeño y ya te han preguntado por tu edad. Ya he pasado por la zona 'Cansadito de la preguntita' y estoy en la fase de tomarla y devolverla con algo de humor.

He ganado en paciencia y ahora me quejo (un poquito) menos de todo. Still working, sin vítores aún.

Las visas ya no me dan más susto que pereza; ahora me dan más pereza que susto.

Tengo tinta nueva subcutánea y ya estoy pensando en la siguiente acumulación.

No ha habido daños que lamentar en mi gusto por el trabajo. Mi desprecio por él sigue intacto.

He aprendido más a estar solo y a no querer estar con quien no me interesa.

Se ha exagerado mi tendencia a la izquierda y desprecio, e incluso odio, más las fronteras y los nacionalismos. Vivir entre pobres ha resultado ser mucho más interesante e incluso divertido que hacerlo entre ricos. Además creo que suelen ser más felices.

He visitado un país que ha conseguido que valore más al mío. Y eso que desprecio al mío más que nunca.

Me he dado cuenta que las personas vivas hacen al país, no su historia. Por eso Vietnam saldrá adelante, Australia nada tiene que ver con ladrones e incluso diría que es su antónimo y creo que España seguirá hundiéndose como la mediocre que es.

Antes de llegar, pensé que Chile sería un sitio bueno para vivir, o al menos que me gustaría. La realidad es que no me gusta. No es lo suficientemente diferente como para que sea tan interesante, ni lo suficientemente parecido como para que me pueda sentir como en casa. Las pocas diferencias, me aburren. Esto provoca algunos cambios en las planificaciones de los futuros viajes.

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