16.4.11

¿Quién se ha llevado mi queso?

Cuando era más pequeño dejaba para el final el mejor bocado de la comida, ya fuera un bocadillo, una pasta o un pedazo de carne. Estaba toda la comida preparando ese último y gustosísimo bocado, casi sufriendo todos los demás. Puede que no sufriendo, pero casi despreciando. Toda la comida hipotecada por el final. Supongo que mucha gente lo hace/ha hecho así alguna vez.


Después, crecí un poco (o eso creo) y empecé a comer cada vez el mejor bocado posible, dentro de un orden. Ya no dejaba para luego el mejor, si no que iba buscando cada vez el que más me apetecía. ¡Ya no comía sólo un buen bocado, si no muchos!


Obviamente esto no se puede cumplir con absolutamente todas los mordiscos, a veces tienes que comerte esa parte con menos mozzarella. Tienes que hacer un pequeño paso en falso para poder seguir. No siempre el mejor bocado está fácilmente accesible.


Eso me ha pasado con Australia. O con Sydney en concreto.


sí, está muy lejos. Sí, es una gran ciudad. Sí, tiene su ópera y sus grandes parques. Tiene un puente.


No es Estados Unidos, pero quiere serlo (lo creo, porque no he estado en USA). No es tan grande y no hay tantas cosas por ver. No es nada barata. No he podido comer nada nuevo.


¿Para qué ir a un Estados Unidos que no llega a serlo del todo? Es como ir a un museo de cera: ¿quién paga algo tan caro para que no sea el original y sólo sea una burda copia?


Eso me ha parecido Sydney. Un mordisco tonto antes de Bali. Me voy un tanto desencantado.


En un rato salgo para Melbourne. Vamos a ver qué tipo de bocado me espera. Ojalá no sea más corteza sin mozzarella.

2 comentarios:

  1. Hoy me he leído tus últimos 3 post... así que más bien desilusionado con Australia? vaya... ayer hablaban de Bali en el callejeros. flipante!!! estás solo o con tus primos ya? un beso fuerte!

    ResponderEliminar
  2. ¡En unas horas salgo para allá! Estoy hasta nervioso! jeje!

    Desilusionadillo con Australia sí...

    ResponderEliminar